sábado, 16 de agosto de 2008

Lento

Nublado al fin. He estado semanas y semanas y más semanas esperando que se asome alguna nube que sea más grande que la palma de mi mano y por fin han llegado. Y corre un poco de viento. El viento corre.. se lleva el lamento. Es asombroso lo mucho que me gustan los días grises. Conozco mucha gente que los odia. Yo los encuentro relajantes, como si fueran más lentos y todo se viera con otra lente. Me recuerda a Conce, con sus días lluviosos, su otoño tan pacífico y su invierno demencial. Me encantaba caminar por Víctor Lamas, por la vereda frente al parque ecuador, lentiito, pisando las hojitas y escuchando como sonaban. Pensando y viendo a la gente pasar. Mirando las casas e imaginando a quienes vivían ahí, cómo eran sus vidas o si tenían los mismos problemas que yo, o estaban sumidos en una tristeza profunda, o si eran alegres.

Este día ha sido especial. Me lo regalé a mi misma. Estando de vacaciones todos los días se parecen y llegan a ser agobiantes. Y sumándole a eso el calor extenuante que te dificulta todas las actividades que te propongas, salvo ir a una piscina, el panorama cansa de tan rutinario. Me he dedicado a leer y ver muchas películas. Escuchar música tendida en el sofá, mirando el cielo por la ventana. A veces cierro las persianas y veo por los agujeros. Es como ver el mundo fragmentado. Incluso he dibujado un montón, tomando en cuenta lo mucho que me gusta, pero lo mala que soy para eso. Los días que he querido salir a caminar hacía mucho calor, por lo que las fotos que he podido tomar son mayoritariamente dentro de mi casa. Bueno, el tema es que hoy me dije que no iba a ser igual. Me levanté super tranquila, casi si pensar mucho en lo que hacía. Tosté pan y me hice un té con leche y desayuné en el balcón, dejando que el sol de la mañana me diera perezosamente en la cara. Me demoré todo lo que quise en desayunar. Después me arreglé un poco y me puse a hacer el aseo. Y... quizás a nadie esto le parezca un panorama excitante o interesante, pero la verdad es que fue una mañana genial. Entre barrer, limpiar, fregar y ordenar pensé mucho, canté a rabiar, me reí de las cosas que encontraba, cambié un poco el orden de mis cosas, dejé la cocina como de revista, abracé a mis hermanas, me senté en el sillón de mi pieza mirando para afuera... Ahora que escribo esto me río de lo simple que ha sido, pero de lo muuucho que me ha gustado. Y a eso le añado el haber escuchado una lista con canciones de Beirut, Damien rice y especialmente Bon Iver. Es... como si me transportara con sus canciones a una cabaña en un bosque, en pleno invierno, con un sol que ni quiere calentar, con frío y sólo dos o tres amigos.

La persona que lea esto posiblemente va a pensar que soy simplona.
Me importa una raja.
Para mi ha sido ... bonito